viernes, 20 de febrero de 2009

El empate, 1955-1966El general Eduardo Lonardi encabezó el nuevo gobierno que se presentó como provisional para indicar su decisión de restaurar el orden constitucional. Rodeados de un grupo de católicos -lo más activo y también lo más reciente de la oposición - y por militares de tendencia nacionalista, el jefe de la Revolución Libertadora proclamó que no había ni vencedores ni vencidos, y procuró establecer acuerdos con las principales fuerzas que habían sostenido a Perón como los sindicalistas. El 13 de noviembre, apenas dos meses después Lonardi debió renunciar, y fue reemplazado por el general Pedro Aramburu, más afín a los sectores liberales y antiperonistas.Las consignas de la Revolución Libertadora en favor de la democracia coincidían con las tendencias pi de Occidente, donde la democracia liberal -práctica y bandera- dividía claramente las aguas con el Este totalitario.En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los capitales y los capitales volvieron fluir libremente por el mundo. Las áreas cerradas fueron desapareciendo y las grandes empresas comenzaron a instalarse en los mercados antes vedados.los países cuyas economías habían crecido hacia adentro y cuidadosamente protegidas, como los latinoamericanos, y en particular la Argentina, el Fondo Monetario Internacional -un ente financiero que en el nuevo contexto tuvo un enorme poder- propuso políticas llamadas "ortodoxas": estabilizar la moneda abandonando la emisión fiscal, dejar de subvencionar a los "sectores artificiales", abrir los mercados y estimular las actividades de exportación tradicionales.
No obstante, progresivamente empezó a formularse una política alternativa, elaborada sobre todo en el ámbito de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL): los países "desarrollados" podían ayudar a los subdesarrollados a eliminar los factores de atraso mediante adecuadas inversiones en sectores clave, que éstos acompañarían con reformas estructurales como la reforma agraria. Desde entonces, la receta "monetarista" y la estructuralista -compitieron en la opinión y en las políticas. Podía pensarse que ambas estrategias eran en última instancia complementarias, pero en lo inmediato tenían corolarios políticos muy diferentes: mientras que la primera llevaba a revitalizar viejos aliados , los sectores oligárquicos, quizá la dictaduras impulsaba cambios profundos: una "modernización" de la sociedad que se coronaría con el establecimiento de democracias estable a los de los países desarrollados.Luego de 1955 en la Argentina la apertura y la modernización fueron valores compartidos pero las herramientas de esa transformación generaron una amplia polémica entre quienes confiaban en el capital extranjero y quienes desde la tradición nacionalista que había alimentado el peronismo o desde la izquierda antiimperialista desconfiaban de él El empresariado Argentino: participar activamente en el ingreso nacional elevar la productividad racionalizando tareas y mano de obras restringir el poder de los sindicatos y trabajadores recuperar la autoridad patronal. obstáculo a superar:la clase obrera maduró política y socialmente, conocía sus derechos.Libertadores y desarrollistasEl general Aramburu, que encabezó el gobierno provisional hasta 1958 asumió plenamente la decisión de desmontar el aparato Peronista, fue disuelto y se intervinieron la CGT y los sindicatos puesto a cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. el 9 de junio de 1956 un grupo de oficiales peronistas organizó un levantamiento; contaba con el apoyo de muchos grupos civiles y aprovechaba un clima de descontento y movilización gremial.El gobierno los reprimió con con desusada violencia, ordenando el fusilamiento de los principales jefes militares, incluyendo al general Juan josé Valle. Se trató de un inusitado hecho de fría violencia, que dio la medida de la tajante división que desde el gobierno se planteaba entre peronistas.Raúl Prebisch, mentor de la CEPAL, elaboró un plan que combinaba algunos principios de la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de estabilización y liberalización .Los instrumentos que el Estado tenía para intervenir -el IAPI o el manejo de los depósitos bancarios- empezaron a ser desmontados. Se devaluó el peso y el sector agrario recibió un importante estímulo, con lo que se confiaba equilibrar las cuentas ternas. Se aprobó el ingreso de la Argentina al FMI y al Banco Mundial , y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los problemas más inmediatos, lo que les permitió dar al país sus contundentes recomendaciones- No hubo en cambio una legislación clara sobre el capital extranjero, cuya concurrencia -ya planteada por Perón- siguió despertando dudas. La política social fue más definida. Combinando eficiencia y represión patrones y gerentes empezaron a recuperar autoridad en las plantas. Las convenciones colectivas fueron suspendidas, y en el marco de una fuerte crisis cíclica en 1956, los salarios reales cayeron fuertemente en 1957.Pero también las huelgas fueron numerosas y combativas, sobre todo en 1956, y fue frecuente el sabotaje y el terrorismo, con rudimentarios artefactos de fabricación casera.En septiembre de 1957 se reunió el Congreso Normalizador de la CGT y los peronista nucleados en las 62 Organizaciones, accedieron a su control, aunque compartiéndolo con algunos núcleos independientes.Proscripto el peronismo, estas organizaciones sindicales asumieron simultáneamente la representación gremial y la política y desde entonces fueron la "columna vertebral" del movimiento. Desde su exilio Perón conservaba todo su poder simbólico, pero en lo concreto debió dejar hacer y tolerar las desobediencias para no ser negado aunque reservándose cierto poder de veto.
Perón se dedicó a reunir a todos cuantos aceptaran invocar su nombre, alentándolos y empujándolos a unos contra otros, para reservarse así la última palabra. Aprendió una nueva técnica de conducción y la utilizó admirablemente, para el gobierno y las fuerzas políticas que lo apoyaban, el "pacto de proscripción" era un problema para el futuro, mediato o inmediato: qué hacer con el peronismo. En la derecha, optaron por acercarse al peronismo algunos de los viejos nacionalistas y los conservadores "populares". En la izquierda la política represiva del gobierno libertador apartó pronto a muchos de un bloque antiperonista en el que hasta entonces habían convivido con sus enemigos naturales. Su misión era dirigir a la clase obrera y ésta era peronista y no dejaba de serlo, lo que planteaba un serio problema a quienes seguían creyendo en la naturaleza burguesa o aun fascista de ese movimiento.El ascenso de Frondizi en la Unión Cívica Radical provocó una ruptura. Después de la caída de Perón el radicalismo se dividió: quienes seguían a Balbín se identificaron con el gobierno libertador, mientras que Arturo Frondizi eligió la línea de acercamiento con el peronismo basándose en el tradicional programa nacional y popular del radicalismo, así como en su constitutiva oposición a las "uniones democráticas". x:c iones presidenciales eran cosa remota- la UCR proclamó la candidatura presidencial de Frondizi, lo que aceleró la ruptura, y el viejo partido se dividió en dos: la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo. La maniobra más audaz consistió en negociar con el propio Perón su apoyo electoral, a cambio del futuro levantamiento de las proscripciones. La orden de Perón fue acatada —salvo por unos 800 mil reluctantes- y Frondizi se impuso en las elecciones del 23 de febrero de 1958, con algo más de 4 millones de votos contra 2,5 millones que obtuvo Ricardo Balbín.Frondizi presidió el gobierno entre mayo de 1958 y marzo de 1962, En la nueva versión de su programa -que decepcionaba a sus seguidores de izquierda- Frondizi aspiraba a renovar los acuerdos, de raigambre entre los empresarios y los trabajadores; éstos eran convocados a abandonar su actitud hostil e integrarse y compartir, en un futuro indeterminado mil beneficios de un desarrollo económico impulsado por el capital extranjero, esta retórica incorporaba el novedoso tema del desarrollo, asociados con las inversiones extranjeras, y lo unía a la condena del viejo imperialismo británico. Además de trazar el prospecto de un país en crecimiento y sin conflictos la retórica deliberadamente imprecisa, servía para justificar las arriesgadas maniobras tácticas del presidente. Se legitimaba así a los equipos técnicos que encabezaba Rogelio Frigerio -supuestamente representante de la burguesía nacional"- así como el pacto con Perón y el acuerdo con los sindicatos. La confianza en la eficiencia de este programa justificaba las concesiones a otros factores de poder en cuestiones juzgadas secundaria como la iglesia, en el campo de la enseñanza, y a los militares, entre quienes, se aspiraba a desarrollar una tendencia adicta, y nacionalista. El realismo político del presidente incluía una tendencia a inclinarse por la negociación táctica con las grandes corporaciones, y consecuentemente una escasa valoración de la escena política. La "batalla del petróleo", la negociación con compañías extranjeras de la exploración y puesta en exploración de las reservas, y simultáneamente anunció la autorización para el funcionamiento de las universidades no estatales, lo que generó un profundo debate entre los defensores de la enseñanza "laica" y los de la "libre", en su mayoría católicos. En los cálculos del presidente ambos debates -el del petróleo y el de la enseñanza- acabarían neutralizándose)E1 meollo de la política económica fueron las leyes de radicación de capitales extranjeros y de promoción industrial, sancionadas antes de que terminara 1958. Por ellas se aseguraba a los inversores extranjeros libertad para remitir ganancias y aun para repatriar el capital. Se establecía un régimen especial a las inversiones en sectores juzgados clave para la nueva etapa de desarrollo: la siderurgia, la petroquímica, celulosa, automotriz, energía y naturalmente el petróleo, al que todos los diagnósticos señalaban como el mayor cuello de botella del crecimiento industrial. Habría trato preferencial en materia de derechos aduaneros, créditos, impuestos, suministro de energía compras del Estado, así como en la protección arancelaria del mercado local todo ello manejado con un alto grado de discrecionalidad, manifestado en los contratos petroleros, que el presidente negoció en forma personal y secreta. Los resultados de esta política fueron notables: las inversiones extranjeras, de alrededor de 20 millones de dólares en 1957 subieron a 248 en 1959 y 100 más en los dos años siguientes. La producción de aceros y automotores creció de modo espectacular y casi se llegó al autoabastecimiento de petróleo.La fuerte expansión hizo probablemente más intensa la crisis cíclicas trienal- anteriores fueron las de 1952 y 1956-, anunciada a fines de 1958 por una fuerte inflación y dificultades serias en la balanza de pagos. En diciembre de 1958 se pidió ayuda al FMI y se lanzó un Plan de estabilización cuya receta recesiva se profundizó en junio de 1959, cuando Frondizi convocó al ministerio de Economía al ingeniero Alvaro Alsogaray. Se trataba de unos de los voceros principales de las corrientes liberales y aplicó un ortodoxo programa de devaluación, congelamiento de salarios y supresión controles estatales cuyas consecuencias fueron una fuerte pérdida en los ingresos de los trabajadores y una desocupación generalizada.Su adopción marcó el final de la ilusión integracionista y puso en evidencia la necesidad de enfrentar el obstáculo sindical. El plan de Estabilización puso fin a una precaria convivencia entre el gobierno y los sindicatos peronistas, que hasta entonces habían apreciado medidas gubernamentales como el fin de las proscripciones y, sobre todo la Ley de Asociaciones Profesionales , que establecía el sindicato único y el descuento por planilla . Pero los efectos de la política de estabilización y la dureza con que el gobierno reprimió las protestas, a partir de la huelga del Frigorífico Lisandro de La Torre de enero 1959, pusieron a los sindicatos en pie de guerra.Las huelgas se intensificaron en los meses siguientes, y luego recrudeció el sabotaje.El gobierno respondió interviniendo los sindicatos y empleando el éjercito para reprimir -según lo establecía el plan CONINTES—, al tiempo que los empresarios aprovechando la recesión, despedían a los cuadros más combativos de cada planta.La racionalización laboral pudo avanzar libremente, mientras que en los sindicatos se consolidaba un nuevo tipo de dirección, menos comprometida en la lucha cotidiana y más preocupada por controlar las complejas estructuras sindicales recurriendo incluso a la corrupción o al matonismo para acallar las disidencias.una nueva burocracia sindical, especializada en administrar la desmovilización, con paros generales duros de palabra pero escasamente combativos y negociaciones permanentes con todos los factores de poder.En momento en que se debilitaba en el terreno de la negociación específicamente laboral , este nuevo sindicalismo adquirió una enorme fuerza en la escena política. Los militares vieron con desconfianza el triunfo de Frondizi y se dedicaron a vigilarlo, y en particular a controlar sus relaciones con los peronistas. Se dividieron según sus diferentes opiniones acerca de cuánto debía haber de respeto a las instituciones constitucionales y cuánto de presión corporativa, que tomaba la forma de planteo al presidente para que adoptara determinada medida. La Marina fue más homogénea en su rechazo a la política presidencial, pero en el Ejército dominó un faccionalismo creciente, que amplificaba las divisiones anteriores.Frondizi-Cuba-FFAA-Final: En principio Frondizi adhirió a las consignas de "La Alianza para el progreso" expuestos por Kennedy pero reacio en condenar a Cuba ya que le brindaba una alternativa socialista en el continente. Los militares presionaron a Frondizi, para romper relaciones con Cuba lo cuál sucedió.Ante de las elecciones de 1962, en 1961 Frondizi cambió su estrategia política. Expulsó Alsogaray, terminó con la estabilización y fomentó una política social más flexible. Las fracciones del peronismo comenzaron a interesarse por las fuerzas de izquierda, lo cuál pretendía una renovación ideológica que los sindicatos debieron aceptar. El peronismo y el sindicalismo formaron el movimiento obrero que administraba Vandor.El 18 de marzo los peronistas ganaron las elecciones. Frondizi intervino provincias cambió su gabinete y atravéz de Aramburu (militar) trató de conciliar con la oposición, no lo logró y los políticos se declararon indiferentes ante la suerte del presidente y del sistema institucional, sin embargo antes que los militares depusieran a Frondizi, este logró poner como presidente interino al presidente del Senado José María Guido y salvar así la institucionalidad.Presidencia de Illia (octubre de 1963-junio de 1967)UCR del Pueblo: mitad de las gobernaciones que respondían a su poder no tenía mayoría en la cámara de diputados mayor consideración del sistema ins/constitucional y no tanta negociación con las corporaciones No logró una alianza consistente con otros partidos políticos para garantizar la defensa de la institucionalidad. recuperación industrial y 2 años de buenas exportaciones elevación del salario de los trabajadores control de precios y renogaciación de contratos petroleros Ley de Asociaciones: mecanismo para controlar el manejo de fondos e internas de los sindicatosEntre mayo y junio de 1964 los sindicatos que respondían a Vandor ejecutaron huelgas para demostrar al gobierno, sectores empresariales y a la sociedad que aún tenían importancia y poder en el desarrollo productivo.El operativo retorno: Vandro cada vez más, acapara poder en los sindicatos desplazando a Perón. Perón a fines de 1964 decidió regresar al país pero fue detenido en Brazil y lo enviaron de vuelta a España. El enfrentamiento a lo largo de 2 años consolidó a Vandor en el plano sindical y a Perón en el plano electoral.El rol de las FFAA Cualquier intervención en la sociedad originaría divisiones facciosas. Los comandantes en jefes eran los representantes frente al gobierno y al estado. Onganía fue adquiriendo importancia nacional. Trato de Westpoint: "doctrina de seguridad nacional"--> las fuerzas armadas eran "la garantía" de los valores supremos de la nacionalidad y debían obrar cuando se vieran amenazadas por la subversión comunista."Fronteras ideológicas": que en cada país dividía a los partidarios de los valores occidentales y cristianos de quienes querían subvertílos. Estados Unidos comenzaba su intervención política y los militares (de cada país estimulados y apoyados discretamente por EEUU) comenzaron a derrocar gobiernos democráticos. Para la FFAA la democracia era un obstáculo sobretodo para la seguridad y finalmente para la modernización económica que necesitaba de eficacia y autoridad.La economía entre la modernización y la crisisE1 programa que en 1958 sintetizó de manera convincente Arturo Frondizi expresaba una sensibilidad colectiva y un conjunto de convicciones compartidas acerca de la modernización económica, En parte debía surgir de la promoción planificada por el Estado, y de una renovación técnica y científica hacia la cual de 1955 en adelante se volcaron muchos esfuerzos. Así surgieron el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de incidencia importantísima en su campo, y el menos influyente Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). La investigación básica y la tecnológica fueron promovidas desde el Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Técnicas, creado en 1957, o desde Comisión nacional de Energía Atómica, que frecuentemente actuaron asociados a las universidades. El Consejo Federal de Inversiones debía regular las desigualdades regionales mientras que el Consejo Nacional de Desarrollo creado en 1963, asumiría la planificación global y la elaboración de planes de desarrollo. En suma, un conjunto de instituciones debían poner en movimiento, planificadamente, la palanca de la inversión pública la ciencia y la técnica.
Pero la mayor fe estaba puesta en los capitales extranjeros, estos llegaron en cantidades relativamente considerables entre 1959 y 1961 luego se retrajeron, hasta que en 1967 se produjo un segundo impulso, aunque en él pesaron mucho las inversiones de corto plazo. Pero su influencia excedió largamente la de las inversiones directas. Los inversores tuvieron una gran capacidad para aprovechar los mecanismos internos de capitalización de créditos del Estado o simplemente del ahorro particular, que juzgaba conveniente canalizarse a través de las empresas extranjeras. También se instalaron por la vía de la compra o la asociación con empresas nacionales existentes o su compra, o simplemente por la concesión de patentes y marcas. Su influencia se notó en la transformación de los servicios o en las formas de comercialización-los supermercados fueron al principio lo más característico- y por general en una modificación de los hábitos de consumo, estimulada a través de la televisión. La presencia creciente del idioma inglés atestigua el grado de adaptación a los estilos mundiales que alcanzó la vida económica.En la industria, las nuevas ramas -petróleo acero , celulosa, petroquímica, automotores- crecieron aceleradamente por efectos de la promoción y aprovechando la existencia un mercado insatisfecho , mientras que las que habían liderado el crecimiento en la etapa anterior -textil, calzado, y aun electrodomésticos- se estacaron y retrocedieron , en parte porque su mercado se había saturado o retrocedía o en parte también porque debían competir con nuevos productos como el hilado sintético, que lo hizo con el algodón en el sector de las textiles.Donde pesaron los capitales extranjeros se debió a la magnitud de las inversiones iniciales requeridas así como las condiciones mismas de la promoción estatal, que con excepción de los automotores garantizaban esa concentración. En las actividades antiguas tradicionalmente dispersas, y en un contexto de contracción, algunas empresas mayor capacidad de adaptación lograron, gracias a un crédito o una asociación ventajosa, crecer a expensas de otras.Se creó una brecha entre un sector moderno y eficiente de la economía en progresiva expansión, ligado a la inversión o al consumo de los capacidad, y otro tradicional, más bien vinculado al consumo masivo que se estancaba. La brecha tenía que ver con la presencia de empresas extranjeras o su asociación con ellas, de modo que para muchos empresarios locales la experiencia fue fuertemente negativa. Lo fue, sobre todo, para muchos trabajadores. El empleo industrial tendió a estancarse, sin que el aumento en las nuevas empresas compensara la pérdida en las tradicionales, y se deterioraron los ingresos de los asalariados por razones tanto económicas como políticas : un mayor desahogo empresarial en el mercado de trabajo, debido a los frutos de la racionalización y la contracción, se sumaba a un recorte en la capacidad de negociación de las organizaciones sindicales, sobre todo en el ámbito de la empresa y la planta.
Muchas empresas vinieron a aprovechar la crema de un mercado protegido y largamente insatisfecho, antes que realizar una instalación de riesgo con perspectivas de largo plazo. Tal ocurrió con las 21 terminales de automotores existentes en 1965. Pero aún las que tenían planes de largo alcance no estuvieron dispuestas a sacrificar la protección concedida, que les garantizaba el dominio del mercado local pero las condenaba a limitarse a él. Atraídos con regímenes de promoción pugnaron por mantener las situaciones de privilegio y hasta extenderlas y así -junto con las empresas nacionales que pudieron seguirles en esa linea-. contribuyeron a fortalecer la injerencia de un Estado que debía garantizar las ventajas especiales.En el sector agrícola empezaron a sentirse algunos efectos de los efectivos cambiarios ocasionales, de las mejoras tecnológicas impulsadas por el INTA o por grupos de empresarios innovadores, o de la mayor difusión de tractores, producidos por plantas industriales recientemente instaladas. Sin ser espectaculares, los resultados permitieron que producción alcanzara en promedio los niveles de 1940, antes del comienzo de la gran contracción. Hubo también algunas mejoras relativas en el comercio exterior.La crisis potenció la puja por el ingreso entre aquellos sectores con capacidad corporativa para negociar y creó la posibilidad de aprovechar una coyuntura, un cambio de las reglas del juego, producidas desde el poder, y quedarse con la parte del otro. Se trataba de un juego en el que no había reglas racionales y previsibles, ni un sector capaz de imponérselas a otro. Si bien la acción del Estado era decisiva, no se trazaban desde allí medidas políticas autónomas sino que estaba a disposición de quién pudiera capturarlo un instante, y utilizarlo para sacar el mayor provecho posible.Las clases medias 1955-1966 fuerte migración del campo a la ciudad crisis de la economías regionales: algodón y azúcar estancamiento del sector industrial aumento en la demanda de servicios, crecimiento del pequeño comercio crecimiento del sector de la construcción Inmigración de países limítrofes asentamientos de villas miserias Actitud más flexible con las conductas sociales (formas de vestir, divorcios, formas de convivencias, diversidad de opinión) aumento del consumismo, causa: producción en masa, propagandas, técnicas de marketingprimera plana:publicación aparecida en 1962 destinada a los sectores medios y altos. Servía de voceros de grupos que se nuclear detrás de Paganía, su contenido era la de mostrar cierta modernidad en base al consumo y bienes dirigidos a sectores ejecutivos y los nuevos profesionales, sobretodo de clase alta. Con menciones culturales como la ciencia y la literatura. Podría proclamarse como la representación "de la derecha en Argentina"Final del Gobierno de IlliaNada estaba definido en 1966, salvo el rechazo cada vez más categórico de la tradición liberal y democrática. Para la nueva izquierda -que no separa los principios más generales de la inmediata experiencia argentina- la democracia era apenas una forma, las libertades individuales una farsa. E ilusionarse con ellas era sólo encubrir la opresión.En realidad, nadie tenía demasiada fe en la democracia, ni los partidos políticos que debían defenderla. Ciertamente se trataba de una democracia ficticia y de escasa legitimidad, pero los interesados directos en su supervivencia y mejora la dieron por caduca sin lucha. La derecha, no lograba organizar un partido capaz de hacer atractivos sus intereses al conjunto de la sociedad, en parte por los problemas ya crónicos de estas fuerzas que solo funcionaron eficazmente cuando se las articuló desde el poder y porque en el seno mismo de los sectores propietarios, subsistían los conflictos.
'Los sectores más concentrados de la economía, en los que el capital extranjero tenía un peso decisivo, se movían con más comodidad corporativa donde sus intereses eran formulados con precisión y claridad por un grupo bién entrenados de economistas y técnicos. Allí dialogaban con los factores de poder reales -los sindicalistas, las Fuerzas Armadas, y en menor medida la Iglesia que por distintos motivos tampoco tenían mayor interés en la democrática. Para los militares la democracia resultaba un obstáculo en el combate contra el comunista imaginario que veían cada vez más amenazador. Encontró amplio eco en la sociedad que los avances de la modernización no eran tales, alimentada desde los sectores más tradicionales de la iglesia de gran predicamento de los empresarios y militares. Reclamaban un Estado fuerte con capacidad para ordenar la vida económica disciplinar a sus actores y superar los bloqueos para una alternativa eficiente, todos reclamaban más autoridad y más orden unos con tradición otros con eficiencia.El gobierno de lllia fue condenado por ineficiente por Primera Plana, vocero de este grupo, ya en septiembre de 1963, un mes antes de que el nuevo presidente asumiera, y desde entonces la propaganda se ensañó con él.Objetivos distintos pero no contradictorios -la eficiencia, el orden, la modernización y hasta el "destino de grandeza"- confluían en la crítica al gobierno y en una propuesta definida, de manera algo vaga como corresponde a una propuesta política, como el "cambio de estructuras" que se entendía se refería a las políticas. Esta idea fuesistematicametne desarrollada por un elenco de propagandistas, muchos de ellos expresamente contratados para ello, dedicados a desprestigiar al sistema político en general, y a exaltar la figura de Onganía. -quién pasó a retiro a fines de 1965-, modelo de eficiencia pero, sobre todo, "de última alternativa de orden y autoridad", como escribía Mariano Grondona en Plana.-Durante los seis meses finales del gobierno de lllia se tenía la impresión de que buena parte del país -que "estaba en el golpe"- emprendía sin disimulo alguno, con paciencia y con confianza, el camino que llevaría a la redención. Quienes no participaban de esa fe parecían en cambio compartir el diagnóstico, a juzgar por sus mínimos intentos para defender el sistema constitucional este se derrumbaba. El 28 de junio de 1966 los comandantes en jefe depusieron a lllia y entregaron la presidencia al general Onganía.

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